ESTUDIANTES 1
RIVER 2
por Marble Arch
Una caída inmerecida, la única del historial de Estudiantes de La Plata como local jugando contra un oponente argentino en partidos internacionales. Un revés que enaltece, porque este River de inagotable invicto es, por lejos, el mejor team del país de los últimos años, y de no mediar un imprevisto, el inminente monarca del torneo casero.
El León lo borró de la cancha en el primer tiempo, con una entrega, una intensidad y un ímpetu que por momentos nos recordaron a aquella Final del Mundo contra el Barcelona en Dubai. La figura fue el equipo, con una concentración ciclópea, sumada a una inteligencia táctica admirable para anticipar a la visita en cada centímetro del terreno. Y por los 16’ ó 17’ pierde a Román Martínez por un penal alevoso de Barovero ignorado por el impresentable de Abal; el ex Tigre se fue en camilla, llorando del dolor, y en su lugar ingresó Auzqui para agregarle unas ganas bárbaras a la causa.
El León lo borró de la cancha en el primer tiempo, con una entrega, una intensidad y un ímpetu que por momentos nos recordaron a aquella Final del Mundo contra el Barcelona en Dubai. La figura fue el equipo, con una concentración ciclópea, sumada a una inteligencia táctica admirable para anticipar a la visita en cada centímetro del terreno. Y por los 16’ ó 17’ pierde a Román Martínez por un penal alevoso de Barovero ignorado por el impresentable de Abal; el ex Tigre se fue en camilla, llorando del dolor, y en su lugar ingresó Auzqui para agregarle unas ganas bárbaras a la causa.
El millonario apenas llegó una vez en los 45’ iniciales, tras la habilitación de Pisculichi a Vangioni, su centro y el remate elevado de Mora, casi una premonición del posterior empate. Y el Pincha, que continuaba ahogando en todos lados a los de Gallardo, generaba riesgo por las escaladas de Correa y Auzqui, por los milimétricos anticipos ofensivos de Carrillo, y por el convencimiento con que había encarado el encuentro. Por eso era justicia irse al descanso en ventaja, cuando Vera –en su más trascendente tarea en el club- lo apura a Funes Mori, le roba la pelota y lo fusila a Barovero.
En el entretiempo uno se preguntaba si el Tetra podría sostener tanto asedio, desde lo físico y desde lo mental. Al comenzar el complemento pudo aumentar, luego de un fútbol capturado en el vértice del área gallina por Carrillo, se la puntea a Correa y el pase atrás del tucumano no es conectado por Vera… por centímetros.
Pero los de Núñez, aun rebalsados, jamás habían dejado de meter. Darles un metro equivale al suicidio, porque la juegan redonda, con una claridad conceptual impresionante del toque sutil y del desmarque. Y en veinte minutos lo dieron vuelta. Primero con un cabezazo de Mora, en jugada calcada de aquella comentada, ahora llovida del lateral de enfrente por un chanfle perfecto del uruguayo Sánchez tras un taco de Mercado.
Con la igualdad se agrandaron. Estudiantes extravió el libreto aprendido en la semana, las piernas empezaron a pasarle la factura del conmovedor desgaste inaugural –sin duda alguna, el clímax de producción de la era Pellegrino-, el 1 a 1 lo cimbroneó en lo anímico, el tándem Gil Romero-Damonte dejó de sostener la barricada, y los de Gallardo, con tiempo y espacio, encontraron libertad para sentirse cómodos. E impuserion progresivamente su reputación grupal e individual. Ayudados además por la lesión de Vangioni y el relevo de un Balanta impenetrable.
Aunque el 1-2 vino de suerte, pues el centro de Sánchez se desvía en la cabeza de Schunke para descolocar a Navarro, la concepción previa, con salida limpia del fondo, dos o tres cesiones al pie, y el dibujo de Teo en una baldosa moviendo la cintura como si estuviera bailando salsa para limpiar el camino e inventar una cortada exquisita, fue digna del arte de potrero más sublime, elegante y reo de este deporte.
Herido, el Grande fue por la igualdad. Sin embargo, sus reservas eran sólo las del honor y la vergüenza. Y ese frentazo de Guido detenido por Barovero junto a su poste izquierdo, ya entrando en el adicional, hubiera significado la recompensa más justa a tanta garra desperdigada en el césped.
Una derrota que enaltece. Vale subrayarlo, asi la clasificación penda ahora de un delgado hilo. Irreprochable. Digna del aplauso del cierre, e íntimamente digna ante un cuadrazo al que durante un largo rato puso groggy.
Hasta que el campeón, con dos manos de KOT, inclinó el curso de la pelea para su lado. Ojo, no sólo prevaleció por eso. Quedarnos en el lamento de “nos llegaron tres veces y nos hicieron un par de goles” sería desconocer su inmensa categoría.
Salutti
P u n t a j e s
Hilario Navarro: 6
Jara: 6
Desábato: 6
Rosales: 6
Román Martínez: 6
Gil Romero: 6
Damonte: 5
Correa: 6
Vera: 8
Carrillo: 7
Auzqui: 6
Cerutti: 6
Benítez: 5
E S T U D I A N T E S
Hilario Navarro
Leonardo Jara Jonatan Schhunke Leandro Desábato Mauricio Rosales
Ezequiel Cerutti Gastón Gil Romero Román Martínez Joaquín Correa
Diego Vera Guido Carrillo
DT: Mauricio Pellegrino
Estadio: Ciudad de La Plata
Árbitro: Dieg* Ab*l (botón)
Hora: 20:15
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